El III Congreso Hispanoamericano de Derechos Humanos concluyó con gran éxito, destacando a Chile como un punto de referencia en el debate sobre democracia y derechos humanos. Realizado por primera vez en nuestro país y organizado por la Universidad del Alba junto a la Red Hispanoamericana de Derechos Humanos Francisco de Vitoria, el evento congregó a cerca de 1.500 personas en sus jornadas en La Serena y Chillán. Durante las sesiones, expertos internacionales de América Latina y Europa abordaron temas clave como la relación entre derechos humanos y democracia, los desafíos de seguridad global y el impacto de la inteligencia artificial, en un contexto de crisis y polarización.

Los especialistas coincidieron en que el avance tecnológico, particularmente el desarrollo de la inteligencia artificial (IA), representa uno de los mayores riesgos contemporáneos para las garantías fundamentales. Se destacó la necesidad urgente de regular su uso para evitar que amenace los derechos humanos, subrayando que, sin control adecuado, la IA podría desplazar incluso el razonamiento humano.

Santiago Bello, presidente de la Red Hispanoamericana de Derechos Humanos Francisco de Vitoria y decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Burgos, advirtió: “Una inteligencia artificial sin límites puede significar el ocaso de los derechos humanos”. En su intervención, subrayó la importancia de que las regulaciones públicas se anticipen a los desarrollos tecnológicos para evitar que las máquinas desplacen la capacidad de razonamiento humano.

Aparte de los riesgos tecnológicos, el congreso también abordó los desafíos políticos y de seguridad que afectan a los derechos humanos a nivel global. Rafael Rosell Aiquel, rector de la Universidad del Alba, reflexionó sobre el papel de las universidades en la defensa de las garantías fundamentales, señalando que estas instituciones “tienen el deber de estudiar, debatir y promover los derechos humanos”. Además, advirtió sobre la crisis global de derechos humanos en conflictos como los de Ucrania y Medio Oriente, subrayando la necesidad de fortalecer las instituciones democráticas frente a estas amenazas globales.

Por su parte, María Soledad Cisternas, ex enviada especial de la ONU y Premio Nacional de Derechos Humanos 2014, destacó el papel de las nuevas generaciones en la preservación de los derechos fundamentales. “Hoy hay una mayor conciencia en las nuevas generaciones sobre la importancia de proteger los derechos humanos, porque no tienen los mismos prejuicios del pasado”, afirmó en su charla inaugural en Chillán.

El congreso sirvió también como plataforma para el intercambio de experiencias entre académicos internacionales. Roberto Arias, presidente del Colegio de Jalisco, reflexionó sobre la grave crisis de desapariciones en México, mientras que Elisa Martín, de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, abordó los desafíos de la región andina en términos de protección de los derechos de las personas y la democracia.

El Congreso concluyó con una reflexión optimista de parte de sus organizadores. Según Maureen Gallardo, vicerrectora de la Universidad del Alba en La Serena, este evento “es solo el comienzo de un esfuerzo sostenido para posicionar a Chile como un referente en el debate global sobre democracia y derechos humanos”. A esto se sumó Ricardo Bocaz, vicerrector de la sede de Chillán, quien destacó la importancia de las regiones en este proceso: “Chillán se ha convertido en estos días en un espacio clave para la reflexión sobre los derechos humanos y su defensa, demostrando que las regiones tienen un papel fundamental en este debate global”.